Ya sea que estés enfrentando ataques espirituales o te sientas abrumado por el mal que te rodea, no hay nadie mejor para acudir en tu ayuda que la Santísima Madre. Antes de que ella siquiera existiera, Dios la declaró como la única que aplastaría la cabeza de Satanás en Génesis. A lo largo de la historia, los artistas han representado a nuestra Madre y Reina Celestial enfrentándose al diablo para proteger a sus hijos. Aquí te presentamos los cinco mejores ejemplos de CatholicVote.
#1 El Golpe Celestial
Los manuscritos medievales estaban llenos de poderosas representaciones de Nuestra Señora derrotando sin miedo a los demonios. Esta popular imagen proviene de una letra capital ilustrada en «Las horas De Brailes», creada por William de Brailes en la Inglaterra del siglo XIII. La historia detrás de ella es que María golpea a Satanás directamente en la cara para recuperar una carta que un sacerdote llamado Teófilo había utilizado para vender su alma al diablo.
#2 Gabriel, Sostén a mi Bebé
Procedente de un manuscrito iluminado del siglo XIV, las Horas de Taymouth. La Madre María le entrega al niño Jesús al arcángel Gabriel y procede a derribar y someter a Satanás.
#3 María Agita un Bate contra Beelzebul
Esta ilustración en el Martirologio Francés de Notre-Dame des Près está fechada alrededor de los años 1275-1300. La Santa Virgen tiene al diablo acorralado aquí y no tiene ninguna oportunidad.
#4 ¡No Lo Harás!
Esta pintura del Renacimiento italiano muestra a Nuestra Señora luchando sin descanso por sus hijos. La imagen se basa en un viejo cuento en el que una madre frustrada pide al diablo que se lleve a su hijo. Arrepintiéndose de sus palabras, luego llama a María, quien aparece balanceando un bastón para proteger al niño.
#5 ¿Esta Serpiente? Simplemente un Escabel
Pintado por el artista español Juan de Miranda en 1778, esta obra muestra a la Santísima Madre derribando sin esfuerzo a la serpiente y sujetándola con su lanza con una cruz en la punta. Esto se contrasta con una escena de Génesis en la esquina inferior derecha, mostrando que mientras que Eva no pudo evitar la tentación de la serpiente, María como la nueva Eva la conquistará.