Parejas divorciadas y casadas nuevamente
El dicasterio del Vaticano para Laicos, Familia y Vida está elaborando un documento que tratará el tema de las parejas divorciadas y que vuelven a casarse, a solicitud del Papa Francisco, de acuerdo con el prefecto del departamento, el cardenal Kevin Farrell.
En un discurso en italiano el 22 de abril de 2023, que dio inicio a una reunión del dicasterio encargado del cuidado pastoral de las familias y la misión de los laicos, Farrell mencionó dicho documento en desarrollo. El cardenal destacó la importancia de ofrecer asistencia y guía a «personas que enfrentan crisis matrimoniales de diversa índole».
«En este ámbito, el departamento también está trabajando en la elaboración de un texto que abordará específicamente, como lo deseaba Su Santidad, a hombres y mujeres que, después de un matrimonio fracasado, viven en nuevas relaciones», afirmó Farrell durante su discurso inaugural.
No se especificó cuándo se publicará el documento.
La Iglesia sostiene que los católicos divorciados y casados nuevamente sin una anulación no deben recibir la Sagrada Comunión, una enseñanza reiterada por San Juan Pablo II en la exhortación apostólica Familiaris Consortio de 2005.
Durante su pontificado, el Papa Francisco ha mencionado que puede haber situaciones específicas en las que los católicos divorciados y casados nuevamente puedan acceder a la Eucaristía, incluyendo aquellas situaciones en las que las parejas practican la continencia dentro de su matrimonio.
Benedicto XVI explico que: «Sabemos todos que éste es un problema particularmente doloroso para las personas que viven en situaciones en las que son excluidas de la comunión eucarística y naturalmente para los sacerdotes que quieren ayudar a estas personas a amar a la Iglesia, a querer a Cristo.
En aquella ocasión, Benedicto XVI reconoció que «ninguno de nosotros tiene una receta, en parte porque las situaciones son siempre diferentes. Diría que es particularmente dolorosa la situación de los que se casaron por la Iglesia, pero no eran realmente creyentes y lo hicieron por tradición, y luego, encontrándose en una nueva boda no válida se convierten, encuentran la fe y se sienten excluidos por el sacramento».
Por último remarco que: «Éste realmente es un sufrimiento grande y cuando era prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe invité a muchas Conferencias episcopales y especialistas a estudiar este problema: un sacramento celebrado sin fe. No me atrevo a decir si realmente se pueda encontrar aquí un motivo de invalidez porque en el sacramento faltó una dimensión fundamental. Personalmente yo lo pensé, pero con las discusiones que hemos tenido he comprendido que el problema es muy difícil y que tiene que todavía hay que profundizar en él. Es importante que el párroco y la comunidad parroquial hagan experimentar a estas personas que, por una parte, tenemos que respetar el carácter indivisible del sacramento y, por otra parte, que queremos a estas personas que también sufren por nosotros».
En una entrevista reciente, al responder a una pregunta sobre si las parejas divorciadas y casadas nuevamente podrían recibir la Eucaristía, el Papa Francisco expresó: «No podemos convertir una situación humana en una norma prescriptiva». Durante la entrevista, el Papa Francisco sugirió revisar lo que su predecesor, Benedicto XVI, dijo sobre las anulaciones, afirmando que «una gran parte de los matrimonios eclesiásticos son inválidos por falta de fe».
«Y reflexiona sobre esto: a veces, al asistir a una boda, parece más una recepción social que un sacramento», dijo el Papa Francisco. «Cuando los jóvenes dicen ‘para siempre’, quién sabe qué significa realmente ‘para siempre'».
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